La Iglesia de Beires, construida entre 1676 y 1679 por Pedro de Cerezuela, presenta una estructura de cruz latina con muros de mampostería y detalles de ladrillo.
La torre, situada junto a la cabecera, destaca con dos ventanas en cada lateral y un tejado a cuatro aguas. En su interior, una cúpula sobre pechinas en el crucero y bóvedas de medio cañón en la nave, transepto y presbiterio revelan la influencia mudéjar. La iglesia, dedicada a San Juan Bautista, experimentó modificaciones en 1745 y una significativa ampliación en 1782 con la construcción de una nueva cabecera y crucero, coincidiendo posiblemente con la elevación de la torre. Este ejemplo refleja las transformaciones de las iglesias rurales durante la Edad Moderna, adaptándose a cambios demográficos y estéticos.