IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación de Vélez-Rubio, construida entre 1754 y 1769, es un magnífico ejemplo de la transición del barroco al neoclásico en la arquitectura religiosa. Encargada por el X Marqués de los Vélez, Antonio María Álvarez de Toledo, tras los daños sufridos por el templo anterior en los terremotos de 1724 y 1751, esta iglesia se convirtió en un hito arquitectónico y espiritual en la región.

La fachada principal, diseñada por el monje jerónimo Pedro de San Agustín y realizada por Francisco Fernández, es impresionante, destacando por sus dos torres cuadradas que alcanzan los 37 metros de altura, rematadas por cuerpos octogonales. Este diseño imponente refleja la grandeza y la majestuosidad del estilo barroco.

En su interior, la iglesia presenta una planta rectangular dividida en tres naves, con una gran cúpula que domina el espacio. Uno de los aspectos más destacados son los cinco retablos, siendo el del Presbisterio el más notable, obra de Francisco Antonio de Testa. Aunque no se completó el dorado del retablo, su elaborada talla y diseño lo convierten en una pieza impresionante de la arquitectura sacra.

Otro elemento destacado es el órgano, realizado en madera de pino rojo sin policromar por el organero francés Guillermo D´Enoyer. Este instrumento, considerado el más interesante y mejor conservado de la provincia de Almería, es una joya histórica y musical que complementa la belleza y el esplendor de la iglesia.

En resumen, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación de Vélez-Rubio es un monumento religioso y cultural de gran importancia, que combina la grandeza del barroco con la sobriedad del neoclasicismo, cautivando a visitantes y fieles con su belleza arquitectónica y su rica historia.