La Balsa de Cela es un manantial de aguas termales ubicado a 3,5 km al norte de Tíjola, en el límite con Lúcar. Sus aguas emergen naturalmente con un caudal constante y una temperatura que oscila entre 22 y 24 grados Celsius, manteniéndose así durante todo el año. Es un sitio conocido por sus propiedades medicinales y ha sido utilizado tradicionalmente como abrevadero de ganado.
La Balsa de Cela, un enclave natural de gran importancia, se sitúa a poca distancia de Tíjola, en una zona limítrofe con el municipio de Lúcar. Este manantial de aguas termales tiene sus orígenes en tiempos romanos, cuando ya se apreciaba la riqueza y beneficios de sus aguas en la antigua República Tagilitana.
Las aguas de la Balsa de Cela, con un caudal constante de 42 litros por segundo, son conocidas por sus propiedades medicinales, consideradas beneficiosas para una variedad de enfermedades. Además, estas aguas alimentan una fértil vega que se extiende por los municipios de Tíjola, Lúcar y Armuña, y tradicionalmente han sido utilizadas como abrevadero para el ganado.
El embalse natural que se forma en el nacimiento de estas aguas, conocido como la Balsa de Cela, es un lugar de recreo muy popular. Con unas dimensiones de 50x50 metros y una profundidad que varía entre los 50 centímetros y los 2 metros, este espacio ha sido objeto de mejoras y ampliaciones a lo largo de los años, siendo la última realizada en 1996.
Durante los meses de verano, la Balsa de Cela se convierte en un punto de encuentro importante para los habitantes de Tíjola y la comarca, atrayendo a turistas en busca de un lugar para refrescarse y disfrutar de las propiedades curativas de sus aguas. Su entorno natural y sus características únicas lo convierten en un destino turístico apreciado por quienes buscan relax y bienestar en contacto con la naturaleza.