La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación en Vera, construida entre 1521 y 1524 por alarifes moriscos bajo la dirección de Francisco Capilla, fusiona elementos góticos y mudéjares. De nave única rectangular con torres cuadradas en las esquinas, destaca por sus muros gruesos con pequeños huecos defensivos. Las entradas, en el lateral norte, presentan portadas simples. El interior cuenta con columnillas delgadas, bóvedas de crucería y terceletes en el presbiterio. La construcción emplea ladrillo y mampostería, intercalando sillares en áreas específicas. La iglesia refleja la destreza técnica y la influencia estilística de la época.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, en Vera, fue erigida entre 1521 y 1524 por alarifes moriscos bajo la supervisión de Francisco Capilla. Su estructura combina elementos góticos y mudéjares. El templo, de nave única rectangular, se divide internamente en cinco tramos mediante pilares prominentes. En sus esquinas se elevan imponentes torres de planta cuadrada, mientras que los gruesos muros, casi ciegos, presentan pequeños huecos defensivos en altura.
Las entradas, ubicadas en el lateral norte, principal y secundaria, están protegidas por su elevada rasante. Las portadas, simples huecos con arcos de descarga, destacan en la fachada lateral, que exhibe una moldura y tres escudos, siendo uno de ellos el único conservado, atribuido al obispo Diego Fernández de Villalán.
El interior muestra una única nave con delgadas columnillas en los muros, bóvedas de crucería cuatripartitas y terceletes en el presbiterio. El coro, a los pies, descansa sobre una bóveda de lunetos. Se emplearon ladrillos y cajones de mampostería, intercalando sillares en las partes altas y las torres. La construcción refleja la influencia estilística de la época y la habilidad técnica de los alarifes moriscos.