La Iglesia de San Miguel se encuentra en el corazón de Rágol, Almería, una de las primeras iglesias construidas en la Alpujarra en 1530 y reconstruida varias veces debido a desastres naturales y conflictos, como el terremoto de 1804 y la Guerra Civil. El templo, de estilo mudéjar, presenta una nave única con una sencilla pero impresionante armadura de madera y destaca por su imagen del Crucificado del altar mayor, obra del escultor granadino Eduardo Espinosa Alfambra.
La Iglesia de San Miguel en Rágol, Almería, es un testimonio histórico de la arquitectura religiosa en la región. Construida originalmente en 1530, esta iglesia ha enfrentado numerosas adversidades a lo largo de los siglos. Reconstruida por primera vez en 1594 después de sufrir daños en 1568, tuvo que ser reedificada nuevamente tras el devastador terremoto de 1804. A pesar de los estragos causados por la riada de 1871, el templo se mantuvo en pie, aunque con pérdidas significativas.
El diseño de la iglesia sigue el modelo mudéjar, con una sola nave de planta rectangular y una capilla mayor apenas diferenciada. Una de sus características más destacadas es su impresionante armadura de madera de lima bordón de cuatro costados, con detalles ornamentales como el lazo de ocho lados en parte del almizate. Los pares de tirantes sobre canes y el coro añaden belleza y singularidad al espacio interior.
A pesar de las vicisitudes históricas, la iglesia alberga una valiosa obra de arte: el Crucificado del altar mayor, creado por el escultor granadino Eduardo Espinosa Alfambra. Esta imagen, aunque de época posterior a la guerra, es una pieza destacada que atrae a los visitantes con su expresividad y detalle. Además, la iglesia es hogar del patrón local, San Agapito, cuya festividad el 18 de agosto es un importante evento en la comunidad, recordando su devoción y conexión con la historia y la tradición de Rágol.