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CUEVAS DEL CALGUERÍN Y CASTILLO MARQUÉS DE LOS VÉLEZ

Pequeño recorrido
CUEVAS DEL CALGUERÍN Y CASTILLO MARQUÉS DE LOS VÉLEZ
Almería |
Cuevas del Almanzora

Este fascinante sendero comienza en la iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación y lleva a los visitantes a través de una cautivadora travesía por los lugares históricos y emblemáticos de Cuevas del Almanzora. Desde la Plaza de la Constitución, donde se encuentra la estatua de José María Muñoz y bajo de Menjíbar, y el Ayuntamiento, el recorrido continúa hacia el majestuoso Castillo, ofreciendo vistas impresionantes de las cuevas del CALGUERÍN en las paredes de arenisca. Siguiendo por la calle paralela, se llega a la Ermita de San Diego y a la estatua del corazón de Jesús, desde donde se puede contemplar una panorámica de la ciudad. Descendiendo por la misma calle, se accede al Lavadero del Calvario, un punto de encuentro histórico en la vida cotidiana de la localidad.

El recorrido también incluye una visita al Castillo del Marqués de los Vélez, una estructura fortificada con una rica historia que se remonta a la conquista cristiana del Reino de Granada.

Itinerario
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación - Plaza de la Constitución - Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora - Castillo de Cuevas del Almanzora - Ermita de San Diego y Estatua del Corazón de Jesús - Lavadero del Calvario - Castillo del Marqués
Tiempo
40 min
Distancia
3220.00 m
Desnivel positivo
53.00 m
Desnivel negativo:
53.00 m
Dificultad:
Baja
Sendero o ruta
Tipo de terreno
Asfalto
Homologado
No
Estado de señalización
Señalizado
Accesibilidad
Accessible
Época
Todo el año
Altitud máxima
121.00
Altitud mínima
82.00

Descripción

El Lavadero público del Calvario ha sido durante décadas punto de encuentro de los habitantes de la localidad de Cuevas del Almanzora. Todos los días de la semana, este lavadero era ocupado por las vecinas del lugar, las cuales eran asignadas con previo pago. El precio asignado en esa época era de 5 céntimos de peseta por cada pila. A diario, el agua del lavadero era subastada a las doce de la mañana para los pagos agrícolas del entorno, esta podía llegar a las 300 pesetas.

La historia del Castillo del I Marqués de Los Vélez, o Castillo de Cuevas del Almanzora, se inicia como complejo fortificado a partir de la conquista cristiana del Reino de Granada por parte de los Reyes Católicos. Transcurridos unos años desde la caída de los últimos reductos musulmanes del norte de Almería, Granada y Murcia, en 1503 la reina Isabel de Castilla, deseosa de anexionar a la corona la estratégica ciudad de Cartagena, que pertenecía a la familia Fajardo Chacón, fuerza su permuta mediante privilegio. A cambio, los Reyes Católicos otorgan a la familia Fajardo la posesión, además de Vélez Blanco y Vélez Rubio, las villas de Las Cuevas y Portilla. Ya en el año 1507, la reina Juana I concede a la Pedro Fajardo el título de “marqués de Vélez Blanco”, posteriormente generalizado como “marqués de los Vélez”. Con el marquesado y el dominio de amplios territorios distribuidos por las actuales provincias de Almería y Murcia, el primer marqués buscó el afianzamiento de su poder y presencia en la parte de su señorío más cercana a la costa, para lo que precisaba una fortaleza que pudiera proteger la zona de los ataques de piratas (por su proximidad al mar), y también como centro administrativo que garantizase el cobro de tributos. Aprovechando una antigua torre de herencia árabe que reformó, hizo trazar la muralla, construida probablemente a lo largo de las dos primeras décadas del siglo XVI. Al recinto se incorporó entre 1517 y 1520 la casa-fuerte o palacio de Marqués. Entre los edificios que se conservan destaca también la Tercia actual (que sustituyó a la primitiva del XVI), construida más de dos siglos después, en 1773. En el siglo XVIII la Casa de los Fajardo se incorpora a la de Medina Sidonia con todos sus estados y fortalezas, y el castillo continúa como símbolo del poder. Con la abolición de los señoríos a partir de 1837, el edificio deja de tener su tradicional función defensiva y de representación nobiliaria, iniciándose una etapa de declive y abandono. La desaparición del derecho de mayorazgo permitió que la herencia pudiera recaer sobre otras ramas colaterales de los Medina Sidonia: mediado el XIX será María Tomasa Álvarez de Toledo y Palafox la que lo herede. De su matrimonio con Pedro Caro y Salas, IV marqués de la Romana, nacerá Carlos Caro y Álvarez de Toledo, quien en 1883 se convertirá en el propietario del castillo aunque ya sin título de marqués. En 1989 el Ayuntamiento se hizo con la propiedad de un castillo casi abandonado y en avanzado estado de deterioro. Para su adquisición, cuyo precio ascendía a 57 millones y medio de pesetas, el consistorio pidió un préstamo de 40 millones, siendo el resto, hasta completar la cantidad requerida, aportado por los vecinos del municipio.

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